¿Cómo es un chaleco de vestir?

Generalmente, los chalecos elegantes (chaleco) tienen una base de forro recubierta por el frente con tela; en la parte trasera hay una correa que te permite ajustar su adherencia según tus necesidades.

Las mayores diferencias entre los distintos modelos de chalecos dependen sobre todo de la parte delantera: botonadura sencilla o cruzada, y de la presencia de las solapas.

Chaleco de botonadura sencilla

chaleco hombre

El chaleco de un solo pecho es la opción más común. Es posible elegir una configuración de 3 a 6 botones; cuanto mayor sea el número de botones, mayor será el nivel de formalidad del chaleco. Un chaleco de 3 botones parecerá más deportivo y delgado que un chaleco de 6 botones equivalente y más vertical.

Te aconsejamos elegir siempre un chaleco que tenga al menos un botón más que la chaqueta con la que lo quieras llevar. Si lo usa con una chaqueta de tres botones, su chaleco debe tener al menos cuatro botones.

Generalmente el chaleco de botonadura sencilla está desprovisto de solapas, característica que le confiere un corte más minimalista, sencillo y discreto.

Debe usarse sobre la camisa y debajo de la chaqueta o blazer. Al igual que con la chaqueta, las reglas de la elegancia clásica exigen que nunca se abroche el último botón en la parte inferior, para evitar una rigidez inesperada durante los movimientos desordenados y bruscos.

Si quieres adoptar un estilo más contemporáneo, “Dandy alternativo”, puedes llevar un chaleco de botonadura sencilla sobre una camisa sin chaqueta. Sin embargo, esta elección siempre debe estar ligada únicamente a contextos informales y deportivos.

Chaleco cruzado

chaleco caballero

El chaleco cruzado es la solución más formal. La configuración principal es la de 6 botones, aunque es posible observar versiones de 4 u 8 botones. Es el chaleco más adecuado para ceremonias o eventos en los que hay que mostrar más rigor.

Los chalecos cruzados suelen tener también solapas, que pueden ser de chal o, más raramente, de punta o muesca. Estp para un estilo más sofisticado y exigente.

Deben usarse siempre completamente abotonados, con ropa elegante, sobre la camisa y debajo de la chaqueta; nunca deben usarse sin chaqueta, a menos que quieras desafiar abiertamente el canon de la elegancia clásica.